domingo, 23 de octubre de 2011


La intervención de Don Bartoche en la conferencia

         Don Bartoche afirmó que él no estaba a favor de la educación democrática, porque los hijos aún no conocen lo que es la democracia. Esto es un punto ya cerrado. A lo que voy, la educación no debe ser una palabra con la que abrimos infinitos discursos que al fin y al cabo seguimos igual, sin ver resultados concretos. Dijo Don bartoche, lo que quiero decir, y en breve os lo diré, la educación es prácticamente cultivar en los hijos valores, principios, virtudes, ética y el respeto. Todas esas cosas forman un parámetro con el cual los hijos pueden distinguir lo bueno de lo malo, lo que está bien de lo que está mal, y explicarles ¿por qué está bien lo que está bien y por qué está mal lo que está mal?
          Por desgracia esta generación, y me refiero a los hijos, a mí me parece que están absolutamente mal orientados. ¿De quién es la culpa? Es de los padres, ¿por qué? Simplemente es porque los padres son irresponsables por excelencia, claro, hay excepciones que es una minoría, y lamento no poder referirme a ella. Decía Don Bartoche, los padres no se preocupan por el futuro de la sociedad, no se preocupan por preparar una buena generación que pueda ser capaz de asumir las grandes responsabilidades en el futuro cuando ya sea mayor. Lo que ocurre es un desastre, es peligroso, porque genera la barbaridad en la sociedad, genera odio, violencia, crímenes y todos tipos de conflictos. Don Bartoche mientras hablaba parecía extremadamente pesimista. En todo caso el saber no es suficiente, hay que aplicarlo. Hablar cincuenta mil veces  de la educación sin aplicarla a los hijos no conduce a ninguna parte. A la  barbaridad y chulería sí que conduciría seguro. La educación como palabra de nueve letras no nos importa, lo que realmente importa de verdad es ver la educación en los comportamientos y en la conducta de los hijos. Con esto terminó Don Bartoche su intervención con una cara llena de pesimismo.
     
         Todos los presentes estaban emocionados y asombrados por lo que decía, y la manera de expresarse Don Bartoche. Según las caras, supongo que todos se preguntaban ¿quién es este hombre que nos recuerda de la dura realidad de la que siempre intentamos olvidarnos? De nuevo el silencio volvió a reinar en la sala, y sólo se oía el eco de respiros del público.


       Eran casi las 12:00 cuando el moderador tomó la palabra y cerró definitivamente la conferencia.








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